En este segundo artículo de nuestra serie «Entrevista Green Tech», damos la palabra a Antoine Hamon, Deputy CEO & COO de Lhyfe: una empresa que suministra hidrógeno ecológico y renovable. ¿Cómo contribuye Lhyfe a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)? Testimonio.
¿Cuál es el papel de Lhyfe en la lucha contra el cambio climático?
En la lucha contra el calentamiento global, pretendemos reducir las emisiones humanas de CO2 mediante un combustible alternativo respetuoso con el medio ambiente. De este modo, reemplazaremos los combustibles fósiles en todos sus usos por un combustible que no emite GEI en su fase de producción y uso.
Para ello, el vector energético que nos parece más relevante es el hidrógeno. Es una solución mágica: en la salida del tubo de escape de un coche, autobús o camión, no hay más que agua pura.
En nuestras plantas de producción, creamos hidrógeno a partir de agua y electricidad renovable y lo convertimos en gas (nuestro único coproducto es el oxígeno). Lo que nos permite transportarlo y almacenarlo más fácilmente, algo imposible con la electricidad, que debe utilizarse directamente.
Concretamente, podemos aportar medios complementarios a la electricidad renovable y reconvertir los usos que no son electrificables.
¿Cuáles son sus mercados objetivo? ¿Y cómo se evalúa la madurez de estos actores para afrontar los retos climáticos?
Nuestros mercados objetivo están dondequiera que haya energía fósil.
- Trabajamos con los agentes de movilidad:
- comunidades (autobuses, camiones de la basura...);
- logística (camiones de transporte, carretillas elevadoras...);
- vehículos pesados (trenes, barcos...);
- vehículos ligeros...
- Sin embargo, el hidrógeno no es la única solución del mercado, la reducción de nuestro uso y la electrificación de los vehículos también son opciones a tener en cuenta.
- También trabajamos con industrias. Hoy en día, los combustibles fósiles o el hidrógeno gris, producido a partir de hidrocarburos, se utilizan especialmente para la creación de acero, cristalería, fertilizantes... El objetivo es garantizar que no se produzcan GEI. El uso industrial del hidrógeno es un importante vector de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
En los últimos años, ha habido un verdadero entusiasmo por estos proyectos climáticos. Si bien han sido olvidados durante mucho tiempo, ahora son prioritarios para nuestros interlocutores. Los procesos para convertir, por ejemplo en las grandes industrias, llevan tiempo y requieren inversión, ¡pero se siente un verdadero cambio de paradigma!
¿Cómo se explica que el hidrógeno renovable no esté más extendido?
El problema es que, hasta hoy, nada era más conveniente que el petróleo en términos de transporte, accesibilidad... Con el hidrógeno, teníamos el problema del huevo y la gallina: sin el uso del hidrógeno, nadie quería crear un centro de producción y sin un centro de producción, nadie quería cambiar sus usos.
Hoy en día, con todos los agentes tratando de dinamizar el mercado para cambiar las cosas, el fenómeno se invierte: se comienza a tener centros de producción reales y, por último, a poner en marcha la máquina.
¿Cuáles son los principales problemas a los que Lhyfe responde? ¿Cómo los aborda?
El problema de nuestra generación siguen siendo las emisiones de GEI. Resolverlo es un compromiso que hemos asumido por el futuro de nuestros hijos y sus hijos.
Existen 3 tipos o «colores» de hidrógeno:
- el hidrógeno fósil. Una molécula de metano que se descompone para producir hidrógeno.
- el hidrógeno bajo en carbono. Se produce a partir de la energía nuclear.
- el hidrógeno renovable. Se crea a partir de energía renovable.
En Lhyfe apostamos por el hidrógeno renovable, el único sostenible a largo plazo. Así, no se producen residuos y se limitan los riesgos. El resto es la transición: si queremos mirar a largo plazo, lo que hay que desarrollar es la renovable.
Para ello, desarrollamos tecnologías en tierra y mar, donde se cuenta con una capacidad a gran escala de desarrollo de las energías renovables (solar, eólica...). Así podremos convertir todos nuestros usos con un vector energético que no emitirá CO2.
En su opinión, ¿cuál es el papel de lo digital y los datos en la ecologización de la economía?
Hay mucho en juego a nivel digital y de datos, aunque solo sea por la electricidad.
«Los datos y la inteligencia digital permiten optimizar el consumo, agilizar y reducir el uso de la energía».
Antoine Hamon, Deputy CEO & COO de Lhyfe
Los datos, mediante la optimización de los algoritmos, permiten trabajar todos los procesos, así como el consumo energético a todos los niveles, incluso a escala industrial.
Todo ello teniendo en cuenta los efectos negativos: como todas las herramientas de gran potencia, pueden tener un impacto medioambiental perjudicial si se utilizan mal. Por tanto, ¡debemos orientarlas hacia lo que tiene un impacto positivo en la sociedad y centrarnos en ello!
¿Cuál es su convicción personal sobre la evolución de la transición energética en los próximos años?
Creo que la evolución de la transición energética se acelerará aún más. Aunque no ha sido el centro de los debates políticos en Francia, por fin se ha tomado conciencia de la urgencia del tema a nivel industrial y mundial.
La clave está en utilizar las tecnologías disponibles en el mercado. Por supuesto, podemos desarrollar estas tecnologías para lanzar proyectos que culminarán en 25 años, pero la reducción de emisiones debe hacerse hoy.
Tenemos soluciones y una voluntad que están en alza: se va a acelerar. La puerta a un futuro sostenible se está cerrando, es el momento de pasar.
Gracias a Antoine Hamon por hacer uso de la palabra y compartir su punto de vista sobre esta cuestión clave. Hoy en día, la transición energética pasa por optimizar nuestro consumo, facilitado por lo digital, y por el uso de energías renovables, que ya están disponibles y son accesibles.
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